TENDINOPATÍAS Y COLESTEROL, ¿Cómo Influye?

La fisiopotalogía de las tendinopatías es un tema que ha generado mucho interés en el campo de la medicina y la fisioterapia.

En el año 2009 Jill Cook y Purdam propusieron el modelo del continuum con el propósito de mejorar la comprensión del complejo proceso que rodea a la patología tendinosa. Esta propuesta ofrece una visión de cambio continuo del tejido tendinoso.

La misma Cook junto con Benjamin Tilley y otros investigadores quisieron estudiar si los niveles altos del colesterol en suero podría ser un factor de riesgo para provocar dolor y la alteración de la estructura tendinosa como venían sugiriendo varios estudios previos. Para ello, este grupo de investigadores hizo una revisión sistemática y metaanálisis de 17 estudios (2612 participantes) encontrados en las principales bases de datos científicas.

Su metanálisis apoyó una asociación  del dolor y la afectación estructural tendinosa con el Colesterol Total (TC), HDL-C (“El bueno”), LDL-C (“El malo”) y Triglicéridos (TG),  principalmente en personas con Hipercolesterolemia Familiar (causas genéticas). No obstante, sugirieron que se requería más investigación para determinar si se producen procesos similares cuando las concentraciones de colesterol son elevadas como consecuencia del estilo de vida y no por enfermedad genética.

Entre otros datos obtenidos de este metanálisis cabe destacar los siguientes:

El colesterol total fue significativamente mayor entre los individuos con dolor o rotura del tendón, DM = 0,66 mmol / L, IC del 95%: 0,11 a 1,21

El C-LDL fue significativamente mayor entre los individuos con dolor o rotura del tendón, DM = 1,00 mmol / L; IC del 95%: 0,23 a 1,77

El HDL-C fue significativamente menor entre los individuos con dolor o rotura del tendón, DM = −0,19 mmol / L, IC del 95%: −0,30 a −0,07

En 2019, Kaiqun Li, Ganming Deng y su equipo realizaron una investigación científica a partir de la cual determinaron que el colesterol alto puede inhibir las expresiones de genes relacionados con los tendones de las TDSC a través de la señalización de NF-κB activada por especies de oxigeno activo (ROS), un nuevo mecanismo subyacente a la tendinopatía inducida por hipercolesterolemia. Además, sugirieron que el uso de estatinas para reducir el nivel de colesterol puede ser útil para disminuir el riesgo de tendinopatía en hipercolesterolemia y los antioxidantes pueden tener efectos beneficiosos en la prevención y el tratamiento de la tendinopatía en la hipercolesterolemia.

Por lo que explican en este estudio, los niveles altos de colesterol aumentan los niveles de especies de oxigeno activo (ROS), proporcionando un microambiente de estrés oxidativo para el tendón que inhibe las expresiones genéticas de las células madre derivadas del tendón (TDSC) lo que podría ser un mecanismo potencial de patogénesis tendinosa derivada de la hipercolesterolemia ya que provocaría el fallo de la regeneración tendinosa.

Las conclusiones de este estudio, son coherentes además con algo que ya se viene documentado por varios frupos de investigación desde 1983: La asociación entre el consumo de fluoroquinolonas y las  tendinopatías y roturas del tendón de Aquiles. Las fluoroquinolonas son un grupo de antibióticos sintéticos cuyos efectos generan radicales libres y un ambiente con un alto estrés oxidativo, un entorno celular que, como explicamos más arriba, favorecen el fallo regenerativo tendinoso.

¿Qué nos aporta ésto como fisioterapeutas?

Cada día tratamos muchos casos de tendinopatías, algunas agudas (las menos) y otras con un cierto grado de cronicidad derivadas de años de evolución con tratamientos fallidos (o como resultado de tratamientos fallidos).

Nuestro papel como clínicos es empezar por realizar una buena historia clínica. Las tendinopatías son lesiones difíciles de resolver. Determinar el origen o la causa son los cimientos de la recuperación. Como demuestran estas investigaciones existen mecanismos patogénicos mucho más complejos que una simple alteración biomecanica o una desadaptación a las cargas.

¿Por qué algunos pacientes son malos respondedores al tratamiento? ¿Por qué otros tienen lesiones tendinosas frecuentemente? ¿Por qué a algunos se les rompen los tendones de forma espontánea sin sintomatología previa?… La ciencia sigue buscando respuestas a muchas de estas preguntas, nuestro papel es estar al día de las ultimas investigaciones para ofrecer siempre el mejor abordaje a cada caso.