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Bruxismo: ¿Qué es y cómo me afecta?

El bruxismo es una patología que se caracteriza por apretar la mandíbula o “rechinar” los dientes de manera inconsciente.

Ésta acción involuntaria se puede producir durante la noche, mientras dormimos, o durante el día.

Hay muchas personas que son bruxistas y no lo saben porque los signos clínicos de esta patológia no tienen por qué estar relacionados directamente con dolor en la mandíbula. Un síntoma típico de las personas bruxistas es la cefalea (dolor de cabeza), sobretodo matutina en aquellas que bruxan durante la noche.

Son factores de riesgo para padecer bruxismo estar sometido a situaciones de estrés, tener la dentadura desalineada o una mala oclusión dental.

El bruxismo no sólo supone un problema músculo- esquelético y postural, sino que además provoca un desgaste prematuro de los dientes. Por ello, los dentistas recomiendan el uso de férulas de descarga.

Al ser una patología inconsciente es difícil de controlar, sobretodo el bruxismo nocturno del que es casi imposible tomar conciencia. El bruxismo relacionado con situaciones de estrés emocional es más fácil de hacerlo consciente y, en el momento en el que la persona detecta que está apretando la mandíbula puede trabajar la relajación de la misma.

Desde nuestro punto de vista, el bruxismo es una patología que requiere un trabajo multidisciplinar que incluya al fisioterapeuta, al dentista y al psicólogo (en caso de tener un origen emocional).

¿Cómo puedo saber si soy bruxista?

Si tienes alguno o varios de estos signos y síntomas es posible que sí lo seas y por ello es conveniente que consultes con un fisioterapeuta especializado en el tratamiento de la articulación témporo-mandibular.

  • Dolor de cabeza.
  • Cervicalgias de repetición.
  • Dolor dental sin patología dentaría que lo justifique.
  • Dolor de oído o ruidos sin patología del oído que lo justifique.
  • Tensión en la mandíbula.
  • Sobrecarga de la musculatura de la masticación.
  • Chasquidos mandibulares o bloqueos puntuales.
  • Desviación de la mandíbula durante la apertura y/o cierre.
  • Limitación de la apertura de la boca.
  • Desgaste dental.
  • Alteración del sueño.

Si quieres saber más sobre patologías de la Articulación Témporo- Mandibular pincha en el siguiente enlace o contacta con nosotros.

Doce Años de Eseydé

Podría empezar esta entrada contándote que “tal día como hoy hace ya 12 años abríamos nuestras puertas en José Tartiere…” y acompañarlo de un hermoso texto de lo más sentimental, de esos que hacen saltar la lagrimilla y sentirse tan orgulloso de nosotros… pero no, hoy nos apetece celebrar nuestro 12º aniversario de una manera diferente, puede que llores de todas maneras, pero me temo que será de risa.

¿Te acuerdas del famoso reto “10-year Challenge” (#10YearChallenge) que inundó las redes sociales hace unos meses? Pues aquí va nuestro particular #12YearChallege

Empecemos por el principio: Una clínica no se monta sola, y aunque nos hubiera gustado contratar a alguna empresa y sentarnos a esperar, en aquel momento, ni nos apetecía ni nos lo podíamos permitir, así que nos pusimos manos a la obra.

20 y 22 añinos… Tampoco hemos cambiado tanto… ¿O sí? 😉

Estábamos dispuestos a “comernos el mundo” o, al menos, a arriesgarnos a que el mundo nos pudiera comer a nosotros… Lo maravilloso de empezar proyectos tan bonitos y a la vez tan arriesgados con veinte años es que los peligros dan menos miedo, la ilusión es mucho mayor y la energía es inagotable a esa edad.

La primera clínica era modesta, en un pequeño y frío local con 3 cabinas divididas por cortinas, pero nos parecía la mejor clínica del mundo porque era la nuestra, fruto de nuestro esfuerzo e ilusión.

     

Y después de muchas (muchísimas) horas entre camillas, máquinas y aceite, celebramos con alegría estos 12 años ofreciendo lo mejor de nosotros a nuestros pacientes.

Empezamos siendo sólo dos, pero hoy en día tenemos el orgullo de poder presumir de un gran equipo humano y profesional que nos acompaña y apoya en esta aventura. 

Cena de Navidad 2018

Y también de unas instalaciones y una imagen corporativa mucho más chulas. 🙂

Confucio dijo:

“Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida” 

Pues, ¿Sabes qué? Que, después de 12 años, creemos que “vamos bien“…

FOTO: Jonás Sánchez

¡Gracias por estar ahí!

 

Silvia Pezón y Diego Suárez

Fisioterapeutas, Co-propietarios

y fundadores de Eseydé

CASO CLÍNICO Nº 2: Fasciosis Plantar

Os presentamos un nuevo e interesante episodio en nuestra sección de “Casos Clínicos”. Se trata de un caso de fasciosis plantar que tratamos hace unos meses.

Fasciosis Plantar es un proceso degenerativo de las fibras de colágeno que forman la estructura de la fascia plantar; confundida muchas veces con la fascitis plantar, cuyos síntomas son similares, pero en cuyo caso no existe una degeneración de la estructura sino que es un proceso de inflamación aguda de la misma. 

El paciente acude a nuestro Centro aquejado de fuertes dolores en la planta del pie justo por delante del talón. El dolor era muy importante cada vez que apoyaba el pie en el suelo (con una intensidad de 5-6 sobre 10 [*Nota: cuando hablemos de estos números, lo haremos siempre en referencia al dolor, siendo “0” NO DOLOR y “10” el máximo dolor soportado]), y aumentaba en gran medida (8-9 sobre 10) cuando realizaba alguna actividad física, normalmente fútbol sala 2 veces por semana.

En el momento de la primera consulta, el paciente llevaba unos 10 meses sufriendo esta dolencia. Había recibido diversos tratamientos farmacológicos y de fisioterapia sin ser ninguno de ellos efectivo, además de aplicarse crioterapia (frío) local cada vez que realizaba deporte.

Tras haber realizado la exploración inicial, sospechamos que el paciente podía presentar una afectación de la fascia o aponeurosis plantar que, para quien no lo sepa, es un tejido fibroso situado en la planta del pie cuyas funciones son: soportar el peso corporal, mantener el arco plantar (“puente” del pie), amortiguar los impactos a cada paso que damos y participar en la propulsión transmitiendo la fuerza de la parte posterior a la anterior del pie. 

Una vez realizada la exploración física, decidimos hacer una exploración ecográfica de la planta del pie, obteniendo como resultado de toda la exploración que el paciente sufría una importante fasciosis plantar a nivel del cuerpo de la fascia, es decir, la aponeurosis estaba muy engrosada, con regiones en la que las fibras de colágeno estaban completamente desestructuradas, así como también observamos la presencia de pequeños vasos sanguíneos, también llamados neovascularizaciones, que no deberían aparecer en condiciones normales.

A continuación presentamos las imágenes de la exploración ecográfica:

  • LADO SANO

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En esta exploración ecográfica longitudinal del lado sano podemos apreciar la imagen típica de la fascia plantar, estructura longitudinal marcada por bordes blancos paralelos y su interior es grisáceo y homogéneo.

                  

Vemos ahora una exploración transversal, en el que se aprecia un óvalo delimitado por bordes blancos relleno de tejido grisáceo y homogéneo.

  • LADO LESIONADO

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En esta imagen longitudinal se aprecia claramente el importante engrosamiento que presenta la fascia plantar, además de regiones anecoicas (color negro) que indican la desestructuración del colágeno; la aponeurosis ha perdido por completo su imagen característica de bordes paralelos e interior homogéneo.

                      

En esta imagen transversal apreciamos la evidente desestructuración y pérdida de imagen característica, además de varias regiones anecoicas.

En esta imagen de “ECO Doppler” vemos la presencia de un importante vaso sanguíneo en medio de la fascia plantar, que en condiciones normales no debería aparecer.

Conclusión: El paciente sufría una fasciosis plantar, o lo que es lo mismo, una patología crónica degenerativa que afectaba a la estructura de la aponeurosis que justificaba  la importante sintomatología que llevaba padeciendo tanto tiempo.

TRATAMIENTO

    1. Electrólisis Percutánea Músculo- esquelética (EPM)

      Teniendo en cuenta los antecedentes del paciente, en el que habían fracasado otros tratamientos de fisioterapia convencionales, decidimos aplicar Electrólisis Percutánea Musculoesquelética (EPM), (<- Para saber más pincha en el enlace) técnica que consiste en la aplicación de una corriente galvánica de baja intensidad a través de una aguja de acupuntura que se debe introducir SIEMPRE ECOGUIADA para garantizar que se llega a la región lesionada con la punta de la aguja. Una vez colocados en la zona diana, realizamos varias descargas de corriente galvánica intentando abarcar la mayor parte del territorio afectado.

      El efecto que pretendemos conseguir mediante la aplicación de EPM es inducir una “ablación electroquímica” del tejido degenerado, o dicho de otro modo, provocar un proceso micro-inflamatorio en el tejido con el objetivo de inducir una regeneración de la zona lesionada.

       

    2. Láser de Alta Potencia

      En la misma sesión, tras la EPM, aplicamos tratamiento en la fascia plantar con el “Láser de Alta Potencia Rainbow Drops(<- Para saber más pincha en el enlace) , terapia cuya finalidad fue estimular de forma más intensiva los procesos de regeneración del tejido que trabajamos.

    3. Ejercicio terapéutico

      Tras 48 horas de reposo relativo post-tratamiento, el paciente comenzó con una serie de ejercicios para fortalecer la musculatura de la región posterior de la pierna y de la planta del pie. Asimismo, el paciente pudo seguir con su actividad laboral y deportiva normal, sin más limitación que la que provocaron las molestias sufridas.

Pasados 7 días revaluamos y se comprobó que la evolución a nivel síntomatico había sido muy buena, su nivel de dolor post-ejercicio había bajado de un 8-9 a un 6 sobre 10, no pudiendo objetivarse cambios a nivel ecográfico.

Realizamos la misma intervención de fisioterapia y citamos de nuevo a los 7 días.

Previo a la tercera sesión, la intensidad del dolor había bajado a un 3 sobre 10, y ya se apreciaban cambios a nivel ecográfico: Disminución del engrosamiento de la fascia y desaparición de las neovascularizaciones patológicas que presentaba.

Repetimos ciclo de tratamiento y citamos para 2 semanas más tarde. En esa ocasión, los cambios fueron poco significativos tanto a nivel del dolor como del propio tratamiento. La siguiente cita se programa en 3 semanas para dar tiempo a los procesos biológicos de regeneración.

En la quinta sesión la mejoría que manifestó el paciente ya fue muy evidente: apenas notaba dolor en su vida diaria más allá de molestias puntuales en contadas ocasiones, y después de jugar al fútbol sala su dolor era prácticamente nulo (1 sobre 10 aprox.). A nivel ecográfico no había presencia de vascularizaciones, la fascia estaba menos engrosada y la estructura interna ya no presentaba evidentes regiones anecoicas.

El proceso regenerativo evolucionó de manera satisfactoria, llegando a la regeneración de la fascia casi por completo, con lo que se decidió dar el alta con la única indicación de seguir realizando los ejercicios pautados de manera regular, en especial como calentamiento previo a la práctica deportiva.

Dos años después de la primera sesión, el paciente acudió de nuevo a nuestro Centro para tratarse por otra lesión diferente a la que nos ocupa, y nos afirmó que no había vuelto a sentir molestias de ningún tipo. Le pedimos permiso para realizar una revisión ecográfica de la fascia tratada y como una imagen vale más que mil palabras, aquí os mostramos la imagen obtenida en la primera sesión y la que obtuvimos 2 años después.

bkbkk      

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CASO CLÍNICO Nº 1: Lumbociatalgia (Dolor de origen lumbar que produce ciática)

Lumbociatalgia, que para quien no entienda esta palabreja, es el típico dolor que irradia por una o ambas piernas desde la región lumbar o la cadera y se produce por compresión del nervio ciático o alguna de sus raíces nerviosas a estos niveles.

En este caso os vamos a hablar de una mujer de 52 años de edad sin alergias conocidas ni antecedentes importantes de salud que acude por un dolor en la pierna derecha que le irradia desde la zona de la cadera. Cuando acude a nuestro centro ya llevaba varios meses con ese dolor y no había mejorado con antiinflamatorios no esteroideos (AINES), analgésicos ni corticoides. También había recibido varias sesiones en otro centro de fisioterapia sin resultados.

La historia de la lesión había comenzado con una lumbalgia 4 meses antes (hasta entonces no recuerda haber sufrido ningún lumbago) que evolucionó a dolor hacia la cadera derecha (en concreto hacia la región del trocánter) y posteriormente, empieza a notar parestesias (hormigueos) en la parte anterior y externa del muslo, que finalmente acaban traduciéndose también en dolor, el cual le llegaba hasta la cara externa de la pierna y el tobillo.

F. Netter

Le habían realizado una resonancia en la que se observaban los siguientes hallazgos: “Hernia discal L4-L5 posteromedial foraminal derecha con compromiso radicular ; Hernia Discal L5-S1, posteromedial ligeramente lateralizada a la izquierda con compromiso radicular, protusion L3-L4 sin compromiso radicular, Discreta discartrosis L3-L4 y L4-L5.” Esto explicado con otras palabras “para todos los públicos” viene a decir que la hernial discal L4-L5 está comprometiendo la raíz nerviosa de L4 y la hernia discal L5-S1 lo hacía con la raíz L5 a la izquierda.

Tras hacer una evaluación holística, donde entre otros datos, se tienen en cuenta información de relevancia como alteraciones estáticas a nivel del pie derecho y tensiones musculares anormales a nivel de musculatura dorsolumbar y de la cadera derecha.

En base a los datos que aporta la paciente y los que se extraen de la evaluación inicial se decide aplicar un tratamiento basado en terapia manual osteopática para hernia foraminal derecha a nivel de L4-L5 (que era la que le estaba dando sintomatología y no la de L5-S1, que aun contactando con la raíz nerviosa no provocaba síntomas en la paciente).

La manipulación vertebral se realiza respetando siempre el arco no doloroso de la paciente y evitando provocar síntomas de dolor irradiado. Los parámetros que se aplican para esta técnica son específicos para el nivel vertebral a tratar  y la lesión que presenta, evitando provocar efectos no deseados en otras articulaciones.

Se cita a la paciente en una semana.

En la segunda consulta la paciente manifiesta haber mejorado de los síntomas notablemente. Sigue notando el dolor referido hacia la cadera, pero ya no le irradia hacia la pierna, además de que el dolor es mucho menos intenso. Se le vuelve a realizar tratamiento de terapia manual, en esta ocasión, nos centramos en partes blandas (musculatura) ya que sobretodo presenta sobrecarga muscular de la musculatura lumbar. Se vuelve a citar en 10 días para revisión y tratamiento.

En la tercera consulta, la paciente comenta que ha ido de turismo y que ha tenido que caminar mucho sin haberse resentido de la zona en absoluto. Sigue con dolor leve, difuso en torno al trocánter (cadera).

Se pauta una cuarta sesión 2 semanas después. Ha conseguido volver a hacer gimnasia de mantenimiento, actividad que tuvo que abandonar debido a la lesión.

La siguiente cita se acuerda a las 3 semanas para control y mantenimiento. Molestias en gestos puntuales hacia la cadera derecha.

Revisión de control a las 4 semanas. Se mantiene estable la mejoría, dolores puntuales cada vez más esporádicos. Mantenemos revisiones mensuales de control y mantenimiento durante 2 meses más. En la última sesión manifiesta sentirse 100% recuperada de la lesión que le trajo a consulta.

La exploración es normal, se le da el alta. No obstante, debido a la cronicidad de sus lesiones de columna, existe un riesgo de recaída. Se recomienda mantener revisiones bimensuales de control, prevención y tratamiento de lo que proceda.