TENDINOPATÍAS Y COLESTEROL, ¿Cómo Influye?

La fisiopotalogía de las tendinopatías es un tema que ha generado mucho interés en el campo de la medicina y la fisioterapia.

En el año 2009 Jill Cook y Purdam propusieron el modelo del continuum con el propósito de mejorar la comprensión del complejo proceso que rodea a la patología tendinosa. Esta propuesta ofrece una visión de cambio continuo del tejido tendinoso.

La misma Cook junto con Benjamin Tilley y otros investigadores quisieron estudiar si los niveles altos del colesterol en suero podría ser un factor de riesgo para provocar dolor y la alteración de la estructura tendinosa como venían sugiriendo varios estudios previos. Para ello, este grupo de investigadores hizo una revisión sistemática y metaanálisis de 17 estudios (2612 participantes) encontrados en las principales bases de datos científicas.

Su metanálisis apoyó una asociación  del dolor y la afectación estructural tendinosa con el Colesterol Total (TC), HDL-C (“El bueno”), LDL-C (“El malo”) y Triglicéridos (TG),  principalmente en personas con Hipercolesterolemia Familiar (causas genéticas). No obstante, sugirieron que se requería más investigación para determinar si se producen procesos similares cuando las concentraciones de colesterol son elevadas como consecuencia del estilo de vida y no por enfermedad genética.

Entre otros datos obtenidos de este metanálisis cabe destacar los siguientes:

El colesterol total fue significativamente mayor entre los individuos con dolor o rotura del tendón, DM = 0,66 mmol / L, IC del 95%: 0,11 a 1,21

El C-LDL fue significativamente mayor entre los individuos con dolor o rotura del tendón, DM = 1,00 mmol / L; IC del 95%: 0,23 a 1,77

El HDL-C fue significativamente menor entre los individuos con dolor o rotura del tendón, DM = −0,19 mmol / L, IC del 95%: −0,30 a −0,07

En 2019, Kaiqun Li, Ganming Deng y su equipo realizaron una investigación científica a partir de la cual determinaron que el colesterol alto puede inhibir las expresiones de genes relacionados con los tendones de las TDSC a través de la señalización de NF-κB activada por especies de oxigeno activo (ROS), un nuevo mecanismo subyacente a la tendinopatía inducida por hipercolesterolemia. Además, sugirieron que el uso de estatinas para reducir el nivel de colesterol puede ser útil para disminuir el riesgo de tendinopatía en hipercolesterolemia y los antioxidantes pueden tener efectos beneficiosos en la prevención y el tratamiento de la tendinopatía en la hipercolesterolemia.

Por lo que explican en este estudio, los niveles altos de colesterol aumentan los niveles de especies de oxigeno activo (ROS), proporcionando un microambiente de estrés oxidativo para el tendón que inhibe las expresiones genéticas de las células madre derivadas del tendón (TDSC) lo que podría ser un mecanismo potencial de patogénesis tendinosa derivada de la hipercolesterolemia ya que provocaría el fallo de la regeneración tendinosa.

Las conclusiones de este estudio, son coherentes además con algo que ya se viene documentado por varios frupos de investigación desde 1983: La asociación entre el consumo de fluoroquinolonas y las  tendinopatías y roturas del tendón de Aquiles. Las fluoroquinolonas son un grupo de antibióticos sintéticos cuyos efectos generan radicales libres y un ambiente con un alto estrés oxidativo, un entorno celular que, como explicamos más arriba, favorecen el fallo regenerativo tendinoso.

¿Qué nos aporta ésto como fisioterapeutas?

Cada día tratamos muchos casos de tendinopatías, algunas agudas (las menos) y otras con un cierto grado de cronicidad derivadas de años de evolución con tratamientos fallidos (o como resultado de tratamientos fallidos).

Nuestro papel como clínicos es empezar por realizar una buena historia clínica. Las tendinopatías son lesiones difíciles de resolver. Determinar el origen o la causa son los cimientos de la recuperación. Como demuestran estas investigaciones existen mecanismos patogénicos mucho más complejos que una simple alteración biomecanica o una desadaptación a las cargas.

¿Por qué algunos pacientes son malos respondedores al tratamiento? ¿Por qué otros tienen lesiones tendinosas frecuentemente? ¿Por qué a algunos se les rompen los tendones de forma espontánea sin sintomatología previa?… La ciencia sigue buscando respuestas a muchas de estas preguntas, nuestro papel es estar al día de las ultimas investigaciones para ofrecer siempre el mejor abordaje a cada caso.

Disfunciones Defecatorias

La función defecatoria es aquella que se lleva a cabo para una adecuada expulsión de las heces. Cuando la ampolla rectal se llena se envían señales que provocan la relajación refleja (involuntaria) del esfínter anal interno. A continuación, para completar el vaciado, se debe (de forma consciente) relajar el esfínter anal externo.

Si en el momento en el que se percibe “la señal de defecar” no es posible ir al baño, el ser humano ha desarrollado la capacidad de contraer voluntariamente el esfínter anal externo cerrando el canal y desactivando la señal de evacuación (provisionalmente).

 


El término disfunción defecatoria se refiere a la alteración en la forma y regularidad con la que una persona defeca. Dependiendo de la localización existen dos tipos de disfunciones defecatorias:

  1. De origen rectal: Disfunción a nivel de reservorio.
  2. De origen anal: Disfunción a nivel esfinteriano.

Una disfunción defecatoria de cualquiera de estos orígenes puede ser responsable de provocar una incontinencia defecatoria o estreñimiento.

 


Para garantizar que exista una buena función los mecanismos responsables de la continencia deben estar en perfecto estado. Es decir, deben estar conservadas la capacidad de la ampoya rectal, el ángulo ano-rectal y puborectal y, tanto del esfínter anal interno como externo deben ser funcionales.

¿Y qué quiere decir ésto? Pues que si sufres tanto de estreñimiento crónico como de incontinecia defecatoria y, a pesar de llevar una adecuada alimentación y de haber descartado enfermedades orgánicas no consigues una buena función de evacuación deberías realizar una evaluación de tu suelo pélvico, ya que los mecanismos (mencionados en el parráfo anterior) que garantizan un correcta función mecánica de este proceso fisiológico se encuentran en la región perineal.

 

Un Año del Estado de Alarma. ¿Qué hemos aprendido?

Hoy hace un año que el Gobierno de España decretó el Estado de Alarma por las graves cifras de contagiados y el colapso hospitalario que provocó (y sigue provocando) la pandemia del coronavirus.

Un año hace también, de que todos los fisioterapeutas (quitando algún que otro insensato o negacionista, quien sabe…) decidimos cerrar nuestras manos y las puertas de nuestras clínicas privadas a pesar de que los BOEs y BOPAs nos seguían considerando como servicios esenciales mientras que contradictoriamente, en el ambito público, se cerraban los gimnasios de rehabilitación y reubicaban a nuestros colegas en puestos de mayor necesidad en aquellos momentos.

Cerramos por responsabilidad sociosanitaria sin saber ni cuándo podríamos volver ni si el Estado tendría a bien incluirnos en sus ayudas; pero lo que sí sabíamos era que no teníamos equipos de protección para garantizar la salud de nuestro equipo y, sobretodo la de nuestros pacientes.

Primun non nocere

A pesar del gran impacto socioeconómico y la incertidumbre, el sentimiento de responsabilidad de los fisioterapeutas empresarios españoles nos llevó  a movilizarnos, hacer inventario del escaso material de higiene y protección que teníamos en nuestras clínicas y entregarlo en los hospitales para colaborar en el abastecimiento que en aquel momento empezaba a escasear.

¿Qué hemos aprendido?

Como pasa siempre con las grandes crisis, a pesar de los daños irreparables e irreversibles que ha dejado a su paso, también nos ha regalado un importante aprendizaje.

Además de todo lo que nos ha enseñado sobre sobre medidas de higiene, tipos de mascarillas, virus y vacunas… Esta pandemia nos ha demostrado, que la única forma de salir del bache es remando todos en la misma dirección.

Nos hemos dado cuenta de lo afortunados que somos por vivir en un país, que a pesar de haber sido desbordado por la situación, poseé un gran sistema de salud pública y unos profesionales que son de “quitarse el sombrero”; profesionales que no sólo han peleado como leones contra el agotamiento físico sino contra los estragos psicológicos que les ha provocado el verse obligados a aplicar criterios de “medicina de guerra”, algo impensable para los sanitarios occidentales que siempre hemos gozado de recursos “de sobra” (hasta que llegó la COVID-19).

Esta pandemia nos ha regalado HUMILDAD.

Nos creíamos inmunes a epidemias o pandemias, “eso era cosa de África y otros países del tercer mundo”, pero este virus nos ha demostrado que las enfermedades mortales no miran las cuentas bancarias de quienes infecta… Aunque a la vista está lo rápido que se encuentran remedios cuando los afectados son los ciudadanos de las grandes potencias mundiales; aún nos queda por aprender.

Otro bonito recuerdo con el que me quiero quedar es el haber sido testigo de una auténtica primavera.

Una radiante primavera que llegó regalando vida en plena ola de muerte me removió por dentro y me hizo reflexionar: ¿Cuánto daño estamos haciendo los humanos a la tierra? Sólo 2 meses “enjaulados” provocaron que los animales reconquistaran rincones de la tierra de los que fueron desterrados. ¡Hasta luciérnagas ví este verano! Hacía décadas que no veía una.

La naturaleza… qué descubrimiento para tantos y qué reencuentro para muchos… vivimos en el Paraíso y este “parón mundial” junto con la búsqueda de “planes anticovid” nos llevó de vuelta a perdernos por los mágicos parajes de nuestra tierrina… Mar, valles, montañas… ¡¡Es que tenemos de todo!! y para encima, este 2020 por tener, tuvimos hasta buen tiempo…

Igual que tú, yo también estoy ansiosa por recuperar mi libertad, por desprenderme de la mascarilla y del gel hidroalcohólico, por salir a la calle sin sentir que mi salud corre peligro; mientras tanto, voy guardando las pequeñas cosas buenas del último año en mi saquito de buenos recuerdos y lo malo en mi carpeta de aprendizajes de la vida.

Soy consciente de que hay personas que en estos momentos se encuentran en una situación económica insostenible, sobretodo pienso en el pequeño comercio y la hostelería con todo lo que mueve a su alrededor. Quiero aprovechar estas líneas para enviaros fuerza y ánimo para que sigáis peleando, en plena tormenta es dificil divisar el horizonte, pero cuando llegue la calma estoy segura de que seréis muchísimo más fuertes que cuando empezó todo esto.

No dejéis de soñar e imaginar porque de los sueños nace la reconversión.

Todo irá bien 🌈

Silvia Pezón González

¿Embarazada?: Esto Puede Hacer la Fisioterapia por Tí

La Fisioterapia obstétrica cada vez es más recomendada por matronas y obstetras al ser una gran herramienta de cara a facilitar el parto y la recuperación en el postparto.

Una rutina de ejercicio terapéutico durante el embarazo que englobe el trabajo de la cincha abdominal, la respiración y la pelvis (movilidad, musculatura perineal y de la cadera) son claves durante esta etapa de cambios en el cuerpo de la mujer.

Además, las técnicas fisioterápicas de terapia manual contribuyen a mejorar la movilidad articular pélvica (especialmente importante conseguir una “pelvis libre” tan necesaria para el parto), a la vez que favorecen el correspondiente equilibrio del segmento pelviperineal en el post parto.

¿Nunca has visto cómo se mueve una pelvis durante el parto?

Aquí te dejamos un video que nos encanta de Nuria Vives en el que se ve como se mueven las diferentes partes de la pelvis en el parto.

 

En las horas que anteceden al parto, la movilidad pélvica aumenta excepcionalmente debido a las hormonas que provocan que los tejidos sean más laxos de forma que, durante el parto, hacen que la pelvis se adapte a la cabeza del bebé. En ese momento cada milímetro que se gane importa y puede llegar a ser determinante.

El simple hecho de entender y tomar conciencia de que la pelvis se mueve y se deforma significa un gran paso para no obstaculizar este movimiento en el momento del parto.

A través de la fisoterapia obstétrica se aprende a acompañar los movimientos con la posición del cuerpo, las posiciones de piernas y de la columna vertebral en cada momento del parto.

La respiración es un proceso primordial. Nos parece sencillo y por lo general no somos conscientes de ella pero en el parto es uno de los pilares fundamentales. Tomar conciencia y entrenarla durante el embarazo ayuda a que surja de forma natural e inconsciente en el momento del parto.

En el posparto, la fisioterapia obstétrica ayuda a la reconciliación necesaria de la mujer con su cuerpo. Un cuerpo que ha sido alterado especialmente a nivel del suelo pélvico debido al traumatismo perineal que provoca el propio parto eutócico (ni qué mencionar en un parto instrumental). Además, enseña a protegerlo y reforzarlo en las actividades de la vida diaria.

Por todo lo expuesto, desde Eseydé Fisioterapia, recomendamos siempre a cualquier mujer embarazada o que haya dado a luz consultar con su fisioterapeuta Especialista en Pelviperineología y Obstetricia.

¿Qué Les Ha Pasado a Nuestros Mayores?

La pandemia del Covid-19 ha sido definida como una emergencia geriárica.

Todos tenemos personas mayores en nuestra familia y seguro, que tú al igual que nosotros habrás visto cómo el 2020 les ha pasado factura a todos los niveles.

Aún si has tenido la suerte de que tu padre, madre, abuelo o abuela, no hayan sufrido las consecuencias directas del covid19 , seguro que sí has notado que el confinamiento (¡vital para proteger sus vidas y las nuestras!) ha tenido efectos adversos evidentes que han afectado en mayor o menor medida a su nivel físico, cognitivo, emocional y/o social.

Además, el encierro ha sido especialmente complicado para aquellos y aquellas cuya situación previa era de mayor vulnerabilidad o fragilidad al presentar una o varias patologías.

Con el fin de proteger a los ancianos, éstos fueron los últimos en poder volver a salir a la calle; de hecho, se llegó a ralentizar tanto el estilo de vida durante el confinamiento que la condición física posterior sería comparable a un largo periodo de hospitalización.

Por ello, al volver a la “normalidad” muchos se han sentido débiles, fatigados o torpes; lo que a su vez ha minado su estado de ánimo bastante maltratado ya por el impuesto aislamiento social.

CONSECUENCIAS DEL CONFINAMIENTO POR FALTA DE ACTIVIDAD FÍSICA

  1. Pérdida de masa muscular (Riesgo de sarcopenia)
  2. Pérdida de masa ósea (Osteopenia; riesgo de osteoporosis). En este caso se suma a la inactividad el  déficit de vitamina D debido a la baja exposición a la luz solar.
  3. Disminución de la capacidad aeróbica (VO2máx)

CLAVES PARA RECUPERAR LA CONDICIÓN FÍSICA

  1. Prioriza el uso de la escalera al del ascensor.
  2. Pasea a diario
  3. Cuida tu peso
  4. Crea una rutina
  5. La fisioterapia te puede ayudar a implementar una rutina de ejercicio terapéutico
  6. Recupera las actividades que realizabas antes del confinamiento progresivamente para evitar lesiones.
  7. Escucha a tu cuerpo, si sientes dolor o inseguridad no corras riesgos, consulta con tu fisioterapeuta.

 

CICATRICES

En la entrada de hoy te quiero hablar de las cicatrices.

Un proceso biológico, el de cicatrización, que muchas personas (incluido profesionales de la salud) desconocen que pueda ser tratado por la fisioterapia y sin embargo, es algo que debemos acompañar si queremos optimizar los resultados y prevenir complicaciones.

La fisioterapia interviene cuando la cicatriz está “cerrada”para evitar el riesgo de infección. Es muy habitual que empecemos a trabajar cuando aun hay zonas con costra, la cual irá cayendo a medidad que hidratamos y trabajamos la zona.

Pero la cicatrización no es sólo que la herida “cierre”, sino que es un proceso largo y complejo.

El proceso biológico de cicatrización está formado por 3 fases que se solapan entre sí:

  • Inflamación
  • Proliferación
  • Remodelación

La Fase Inflamatoria dependiendo del grado de lesión durará de 3 a 4 días y es un proceso fisiológico necesario para la cicatrización en el participan células proinflamatorias (macrófagos, mastocitos,…) y sustancias proinflamatorias (serotonina, histamina, calcio, PG…).

La Fase de Proliferación o de regeneración dura aproximadamente de 3 a 4 semanas. En esta fase hay una activación de las células satélite que sólo se activan ante lesiones transformándose en células específicas del tejido que debe regenerarse y, además, promueven la participación de los factores de crecimiento fundamentales para que se lleve a cabo correctamente la proliferación celular. Al mismo tiempo actúan los fibroblastos participan en la génesis de fibras de colágeno y de capilares.

La Fase de Remodelación dura varios meses durante los cuales la cicatriz sigue mejorando (su color, la elasticidad, la circulación sanguínea…).

En algunas ocasiones, aún siendo una cicatriz posquirúrgica, con una buena sutura, puede darse una respuesta anómala de la cicatriz que provoca una reacción desmedida de los fibroblastos en la fase de proliferación creando colágeno de manera descontrolada y mal formado dando lugar cicatrices queloides que se pueden extender más alla de la zona de la herida y no son reversibles. Son difíciles de prevenir ya que están relacionadas con factores de riesgo intrínsecos como la carga genética, la edad, la raza o el sexo, incluso la zona donde se encuentre la herida.

Por suerte no son tan frecuentes, quizás lo sean más las cicatrices hipertróficas,  que también se producen por una hiperploriferación de colágeno pero básicamente se diferencian de las primeras en que éstas no se extienden más allá de las heridas y sí que puden mejorarse con tratamiento.

Más allá de la parte estética, que indirectamente también se ve beneficiada por el tratamiento, lo que más nos interesa desde el punto de vista de la fisioterapia son las disfunciones secundarias que pueda provocar una mala cicatrización; cito algunos ejemplos:

– En el abdomen: Adherencias, retracciones, alteracion funcional del core

– A nivel de Suelo pélvico: dispauremia (dolor al mantener relaciones sexuales)

-En las articulaciones: Rigidez articular por adherencias y/o falta de elasticidad del tejido cicatrizal

Músculos: Disfunción muscular

TRATAMIENTO DE FISIOTERAPIA

La fisioterapia dispone de numerosas técnicas para el tratamiento de las cicatrices.

El primer paso siempre es la hidratación tanto de la cicatriz como de periferia que normalmente presenta restos de costras y un aspecto escamado.

El tratamiento con la Human Tecar provoca cambios en la microcirculación capaces de estimular los procesos fisiológicos naturales de nuestro organismo acelerando y optimizando los procesos de regeneración.

A estos tratamientos se le suman técnicas de terapia manual como el masaje, terapia miofascial y las movilizaciones pasivas y activas.

El CORE: ¿Por qué es tan importante?

El término “CORE” es una palabra que viene del inglés y cuya traducción literal significa “núcleo” o “centro“.

Desde el punto de vista anatómico-funcional, en relación con el cuerpo humano, el core es ese centro o núcleo donde se inician todas la cadenas cinéticas.

Consta de una parte articular y otra muscular:

              

Como centro de las cadenas cinéticas funcionales, su misión es dar una base estable para que estas  cadenas se ejecuten correctamente.

Cualquier alteración o disfunción del core derivará en un déficit de estabilidad en la región lumbo-pélvica y  repercutirá inevitablemente sobre el resto de estructuras porque éstas, a pesar de no tener una función estabilizadora, necesitarán compensar de alguna manera ese déficit de estabilidad y ello aumentará el riesgo de aparición de lesiones adaptativas.

El trabajo de core no sólo está enfocado a deportistas como muchos creen. Necesitamos un core funcional desde el momento que nos incorporamos de la cama por la mañana, cuando cogemos la taza del desayuno del armario, al bajar una escalera, cuando nos reímos o incluso cuando mantenemos relaciones sexuales.

Lesiones como el dolor inguinal en el deportista (“Pubalgia”), dolor lumbar y/o sacroiliaco, dolor de cadera, ciatalgias, o disfunciones del suelo pélvico son algunas de las patologías musculoesqueléticas más relacionados con un core disfuncional; pero no son las únicas. Como hemos mencionado anteriormente, una falta de estabilidad en esta zona puede dar lugar a la aparición de otras lesiones adaptativas en otras regiones o incluso a lesiones traumáticas debidas a un déficit sensorial propiceptivo secundario a esta falta de estabilidad del core.

Pero… ¿Qué provoca que el Core no tenga el tono adecuado?

  1. Un estilo de vida sedentario.
  2. Una mala planificación del entrenamiento
  3. Después de una lesión cuando no se realiza una buena readaptación.
  4. Asociado a una mala postura.
  5. Alteraciones en la propiocepcion (puede estar relacionado con el punto anterior)
  6. Cirugía Abdominal.
  7. Embarazo, parto, posparto.
  8. Diástasis abdominal (separación de los rectos del abdomen por debilidad o lesión del tejido conectivo que los une, la línea Alba)
  9. Sobrepeso u obesidad

Todo lo expuesto es la razón por la cual cuando acudes a nuestra consulta por una lesión (sea del origen que sea) habitualmente acabamos hablando del core y revisando su estado.

Por supuesto, en cualquier readaptación deportiva una parte del trabajo se centra en revisar y readaptar esta “faja lumbopélvica”. De poco servirá insistir en un trabajo específico de la estructura lesionada si existe un core inestable. Por poner ejemplo, tras un esguince de tobillo, será inútil centrar los esfuerzos en el trabajo de estabilidad del tobillo sin comprobar que exista un buen core. ¿De qué nos sirve un tobillo muy estable (si es que puede llegar a serlo) si el núcleo de las cadenas cinéticas del miembro inferior es inestable?

Si después de leer este artículo has llegado a la conclusión de que debes empezar a trabajar tu core te animamos a que te ponga a ello, pero hazlo poniéndote en manos de un profesional del deporte que sabrá adaptar los ejercicios a tu condición física inicial y a marcar unos objetivos reales en base a tus necesidades.

Por último, (sobretodo para las mujeres y especialmente para aquellas que han estado embarazadas) queremos insistir en que el core también es el suelo pélvico. Antes de empezar a trabajar cualquiera del resto de estructuras o empezar a practicar cualquier deporte es muy importante saber en qué condiciones se encuentra el tono muscular del suelo pélvico para prevenir o tratar patologías como prolapsos o incontinencia.

 

Valoración del suelo pélvico: Prolapsos

El objetivo de la entrada entrada de hoy es dar respuesta a lo que muchas mujeres con problemas uroginecológicos se preguntan pero pocas se atreven a hacer en voz alta: ¿Cómo es una valoración del suelo pélvico?¿Me van a mirar “ahí”?

Queremos hablar “sin pelos en la lengua” porque el saber lo que una se va a encontrar nos empodera, hace que la consulta sea más cómoda y ayuda a la hora de tomar decisiones.

La respuesta a estas preguntas es sencilla:

En cualquier lesión del cuerpo la zona donde se presentan los síntomas o la lesión SIEMPRE la hay que explorar. Así que, SÍ, al igual que ocurre cuando vas a una consulta del ginecólogo, el obstetra o la matrona, el fisioterapeuta especialista en suelo pélvico debe hacer una evaluación in situ.

Cómo se debe hacer en cualquier tratamiento, la consulta comienza con una entrevista entre la fisioterapeuta y la paciente, imprescindible no sólo para conocer el motivo de la consulta, sino los antecentes médicos y la forma en la que comenzaron los sintomas, así como la evolción de los mismos. En el caso de los prolapsos, se debe hacer una valoración con los dedos de la terapeuta dentro de la vagina de la paciente a la vez que le pide a ésta que realice una manibora de Valsalva (como si quisieras hacer un pujo o defecar cerrando la glotis simultáneamente) o un golpe de tos de esta manera se consigue poner en evidencia el órgano prolapsado.

Lo que sucede cuando solicitamos estas maniobras es que aumenta la presión intraabdominal y ello provocará un abombamiento en la pared vaginal bien sea anterior o posterior dependiendo del tipo de prolapso.

Por otro lado, se solicitará una aspiración diafragmática que nos confirme la capacidad de reducción del prolapso. Ésta consiste primero en una espiración lenta y prolongada y cuando llega al final se realiza un intento de inspirar manteniendo las vías aéreas cerradas (una “falsa inspiración”) de forma que se provoca una presión negativa intraabdominal, una contracción refleja del suelo pélvico y una succión del órgano pélvico prolapsado hacia arriba y adentro.

Tan sencillo como esto que acabas de leer…

NO es una exploración dolorosa ni mucho menos.

Sólo hay que seguir las instrucciones que va dando la fisioterapeuta especialista para facilitarle una buena exploración. Como siempre (esto lo aplicamos a todos nuestros tratamientos) si en algún momento se desea interrumpir la evaluación o el tratamiento, la paciente es libre de ello. Ante todo (y sobretodo) la exploración y el tratamiento debe realizarse en un ambiente cómodo, tranquilo y de confianza.

¿Es importante hacerse una valoración?

, porque si tienes síntomas de prolapso quiere decir que tu suelo pélvico está débil.

, porque si existe un prolapso o una predisposición a éste evitarás que se agrave con el tiempo.

, porque evitarás otras disfunciones y/o síntomas asociados.

, porque el prolapso genital puede enmascarar una incontinencia de esfuerzo.

 

Si crees que puedes tener un prolapso o alguno de sus síntomas acude a un fisioterapeuta especialista.

PIENSA EN TÍ, CUÍDATE

 

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HOMBRO: Lesión de SLAP

La lesión de SLAP es una afección del labrum glenoideo, un reborde fibrocartilaginoso que hay la parte cóncava del hombro (la cavidad glenoidea) y que sirve para aumentar la superficie articular y aportar mayor estabilidad a la articulación glenohumeral  [Húmero (convexo) – Cavidad Glenoidea (cóncava)]

Fue descrita por Andrews y col. en 1985 y clasificada posteriormente por Snyder y col. ( Años después otros autores realizaron otras subclasificaciones).

El nombre de esta lesión​ «SLAP» es un acrónimo que viene del inglés: «Superior Labrum Anterior to Posterior» (en español sería «rotura superior del labrum de anterior a posterior») este nombre hace referencia a la desinserción de la zona superior del labrum desde su parte posterior hacia la anterior afectando la inserción del tendón del bíceps que se encuentra en esta región.

Frecuentemente esta lesión va asociada a inestabilidades, alteraciones de la biomecánica del hombro o rupturas del manguito rotador.

ETIOPATOGENIA

Las causas más frecuentes, según varios autores, son:

  • Déficit glenohumeral en rotación interna también conocido como GIRD (glenohumeral internal rotation deficit) provocado por una hipertrofia/contractura de la parte posterior de la cápsula articular glenohumeral. Ésto produce una alteración en la biomecánica fisiológica que se cree que puede ser la causante de una cascada lesional que acaba derivando en una lesión SLAP. En esta situación, la cabeza del húmero es empujada sobre el labrum posterosuperior. Estas fuerzas cizallantes sobre el labrum superior en abducción y rotación externa máxima de hombro, combinadas con las fuerzas rotacionales del mecanismo de despegamiento o peel-back aumentan notablemente el riesgo de lesión del labrum superior (SLAP).
  • Lesiones por sobreuso relacionadas con actividades deportivas o laborales que realizan gestos repetitivos por encima de la cabeza y/o por detrás de la espalda que provocan una lesión degenerativa del labrum. (Relacionado con el punto anterior)
  • Traumatismo en el labrum por una caída con el codo extendido.
  • Una contracción excéntrica intensa que afecte a la porción larga del bíceps braquial puede provocar la lesión del labrum superior y/o la desinserción del tendón de la porción larga del bíceps generando una alteración en la unión funcional bíceps-labrum.

Las personas con mayor riesgo de padecer esta lesión son deportistas cuyo deporte implica realizar lanzamientos (jabalina, baseball, tenis, lanzamiento de balón medicinal, balonmano, waterpolo…); trabajadores cuya profesión implica realizar gestos repetitivos por encima y detrás de la cabeza, personas con patologías degenerativas de manguito rotador (relacionado con alteraciones de la biomecánica normal del hombro) y cualquier persona que reciba un traumatismo susceptible de lesionar el labrum o que afecte a la porción larga del biceps braquial (si este traumatismo lo recibe cualquier persona que además se encuentre dentro de los grupos de riesgo mencionados previamente, el riesgo de lesión de SLAP se incrementa)

CLASIFICACIÓN

La clasificación más empleada (y la más básica, a partir de la cual surgieron las demás) es la de Snyder y col. de 1990 que divide las lesiones de SNAP en 4 tipos:

  • Tipo I: Es una lesión degenerativa del labrum. Existe un deflecamiento en la parte superior. No compromete la estabilidad del complejo Labrum-biceps
  • Tipo II: Es la lesión más característica. Se produce la desinserción del labrum superior que compromete la inserción y estabilidad del tendón de la porción larga del bíceps braquial.
  • Tipo III: Desinserción del labrum superior, también denominada lesión de SLAP en “asa de cubo”. No compromete la estabilidad de la inserción del tendón del bíceps pero puede producir síntomas mecánicos.
  • Tipo IV: Existe lesión del labrum superior en “asa de cubo” y afectación de la inserción de la porción larga del bíceps.

“Handelberg y col. en un estudio multicéntrico, sugieren que los diferentes mecanismos de lesión resultan en diferentes tipos de lesión SLAP. En su trabajo el 75% de las lesiones SLAP II aisladas tuvieron relación a actividades deportivas realizadas por encima de la cabeza; el 57% de las lesiones SLAP III y el 50% de las lesiones SLAP IV, el mecanismo lesional fue por traumatismo por caída con el brazo en extensión; mientras que el 95% de las lesiones SLAP II asociadas a lesión de Bankart el mecanismo lesional fue secundario a episodios de inestabilidad agudas o crónicas, considerando la lesión de Bankart como lesión principal y la lesión SLAP como lesión asociada. Las lesiones SLAP tipo I se presentaron como lesiones por sobreuso en deportistas de lanzamiento o lesiones degenerativas en pacientes mayores.” (Manejo Actual de la Lesión SLAP; Dr. Pablo A. Narbona. ARTROSCOPIA | VOL. 19, Nº 1 : 50-61 | 2012)

SÍNTOMAS

Algunos de los síntomas que desciben los pacientes son los siguientes:

  • Dolor en la parte postero-superior del hombro que aumenta al realizar movimientos de rotación externa y abducción (separación) del hombro (como actividades por encima de la cabeza o por detrás de la espalda)
  • Dolor inespecífico en el hombro.
  • Sensación de inestabilidad o deslizamiento en el hombro.
  • Chasquido articular (algo “salta” en el hombro) que al producirse provoca dolor.
  • Sensación de “brazo muerto” al realizar el gesto que desencadena el dolor.

DIAGNÓSTICO

Diferentes estudios han demostrado que el diagnóstico de esta lesión es complicado.

La anamnesis y la exploración física no son concluyentes. Los test de provocación no tienen alta especificidad ni sensibilidad.

La radiografía y la ecografía tampoco son útiles para su diagnóstico.

La resonancia magnética (RM) a veces consigue visualizar esta lesión pero otras muchas se le escapa y, si a esto sumamos que en muchas ocasiones la lesión de SLAP va asociada a lesiones del manguito las cuales sí aparecen en la RM provacan diagnósticos erróneos.

La artroresonancia (ArtroRM) es mucho más sensible y específica debido a que el contraste que se inyecta facilita la visualización de este tipo de lesiones pero aún así en algunas ocasiones pueden no mostrar bien esta lesión o al revés, mostrar lesiones inexistentes. Desde luego, antes de la cirugía, esta sería la mejor opción diagnóstica.

La artroscopia es el gold estándar en el diagnóstico de esta lesión pero ya estamos hablando de pasar por quirófano directamente.

Se debe tener en cuenta que en muchas ocasiones en una RM o ArtroRNM puede aparecer una lesión de SLAP pero es muy importante que estos hallazgos se interpreten conjuntamente con la anamnesis, la exploración física o las limitaciones funcionales del paciente antes de prescribir cualquier tipo de tratamiento invasivo.

TRATAMIENTO

  • NO QUIRÚRGICO

Es posible que su médico le prescriba reposo y AINEs en la fase aguda. Pero en este punto nos centraremos en lo que a nosotros nos compete que es el tratamiento de fisioterapia, que independientemente de que se requiera o no tratamiento farmacológico para controlar el dolor, debe centrarse en:

  1. Interrumpir el gesto lesional si se sospecha de un origen por traumatismo repetitivo, así cómo evitar el movimiento que reproduce el dolor.
  2. Recuperar el equilibrio biomecánico del hombro:
    1. Si existe una perdida de rotación interna (GIRD) trabajar para recuperarla.
    2. Realizar un trabajo específico de la cinética escapular y glenohumeral (reeducación)
    3. Mejorar la estabilidad del hombro. Importante el estado del Manguito rotador (tratamiento específico si fuera necesario)
  3. Reeducación postural.

Dependiendo del grado de lesión, del dolor y/o la incapacidad funcional que suponga para el paciente, el tratamiento conservador de la lesión SLAP puede reportar resultados favorables.

  • TRATAMIENTO QUIRÚRGICO

Antes de decantarse por un tratamiento quirúrgico se tendrán en cuenta varios factores como: la edad del paciente, si realiza actividades deportivas (y a qué nivel), su ocupación laboral, la cronicidad de la lesión y/o el fracaso del tratamiento conservador (se valorarán los resultados al menos a partir de 3 meses).

¿Quieres saber cómo trabajamos, conocer nuestro equipamiento o las técnicas con las que trabajamos? Pincha aquí.

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¿Qué Es Un Prolapso? Signos, Síntomas y Factores de Riesgo

El prolapso es uno de los puntos importantes que se deben valorar en el suelo pélvico, así como cuantificar su estadío de evolución. Pero…¿Exactamente qué es?

Un prolapso es un descenso parcial o total de la uretra, vejiga, recto, útero y/o asas intestinales de los siguientes órganos a través de la vagina.

Se nombrarán en función del órgano que descienda: si es la uretra será “Uretrocele”; si tiene lugar a nivel de la vejiga, “Cistocele”; si fuera el recto el que desciende, “Rectocele”; si es el útero, “Histerocele” ;y si fueran las asas intestinales,“Enterocele”.

Tipos y grados de un prolapso

Los prolapsos se clasifican en 4 grados en función del órgano prolapsado y su posición en el conducto vaginal.

Grado I: El órgano descendido se sitúa entre la posición normal y la altura de las espinas isquiáticas.

Grado II: El órgano descendido entre las espinas isquiáticas y el nivel del himen.

Grado III: El órgano descendido se encuentra por debajo del nivel del himen.

Grado IV: Prolapso total.

Etiopatogenia (Qué y cómo se produce un prolapso)

Existen diversos estudios que buscan determinar cuales son los factores causantes del prolapso sintomático y, aunque existe mucha discrepancia sobre ello, se cree que los factores más importantes son el IMC (Índice de Masa Corporal) y el número de partos.

También la combinación de algunos factores  implican un mayor riesgo como podrían ser, por ejemplo, un peso fetal mayor de 3.500 Kg, fórceps, parto prolongado y cesárea urgente.

Factores predisponentes

·       Genéticos

·       Debilidad muscular

·       Colágeno

·       Neurológico

·       Cirugía

Factores agravantes:

·       Estreñimiento

·       Obesidad

·       Enfermedad pulmonar

·       Menopausia

·       Tabaquismo

·       Ciertas profesiones

¿Cuándo debo consultar?

En general la gran mayoría de mujeres consultan por un bulto genital que puede estar o no asociado a otros síntomas de disfunción de suelo pélvico, los cuales van a repercutir en la CALIDAD DE VIDA. Los síntomas más elocuentes son:

  • Sensación de peso en la vagina
  • Bulto en genitales o sensación de que algo “se sale” al hacer esfuerzos.
  • Dolor genital
  • Disfunción sexual
  • Disfunción defecatoria
  • Sensación de “algo raro” en tu zona genital.

¿Hay tratamiento?

Una vez realizada la valoración y determinado el tipo y grado de prolapso se puede realizar tratamiento de fisioterapia para corregir (y/o evitar que empeoren) los síntomas trabajando la musculatura del suelo pélvico, la faja abdominal, la respiración y evitar ciertas posturas que favorezcan el prolapso. Otra opción puede ser ponerse un pesario pero siempre con la supervisión de un especialista y, la última opción, para los grados más severos, es el tratamiento quirúrgico cuando es un grado alto.

 

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